En aquel lejano país, no
dominaban aún el lenguaje hablado y escrito, pero por ello, no podemos decir
que los chicos y chicas se aburrieran, todo lo contrario. Se reunían todas las
tardes pues por las mañanas, aunque no tenían escuelas, debían ayudar a sus padres en las tareas del campo:
sembrar, cuidar las plantaciones, regando o retirando las malas hierbas,
recolectar los frutos y atender a los animales.
Eran trabajos que hacían con
gusto, porque amaban la Naturaleza
y valoraban mucho a las plantas y a los animales, sabiendo como sabían que de
ellos dependían sus vidas.
Pero por las tardes, era
cuando mejor lo pasaban. Se juntaban en una cabaña construida para ellos y
ellas. Una cómoda y amplia cabaña, rodeada de árboles, en la orilla de un
caudaloso río.
En ella se reunían y planificaban sus actividades: fabricaban
pitos de caña o tambores utilizando las pieles de los animales. Trenzaban
cuerdas o hacían vasijas de arcilla que luego cocían en un horno de leña.
Las dos actividades que
más les gustaba eran: Dibujar todos los objetos que veían, formando paisajes o
dramatizar los cuentos que inventaban aprovechando el dominio que ya tenían de los sonidos onomatopéyicos, de las
interjecciones y con la ayuda de los instrumentos musicales que fabricaban.
·
Antes de empezar la dramatización de pequeñas
historias, repasaremos la representación de los principales conceptos estudiados en los capítulos anteriores y nos
plantearemos como hacer los nuevos que puedan aparecer en los cuentos que vamos
a dramatizar, usando si es necesario los instrumentos de percusión, pitos o
flautas...
ACCIONES A REPRESENTAR:
ACCIONES A REPRESENTAR:
Ø
Cerrar
una puerta con fuerza.
Ø
Cómo
suena la marcha o carrera de las personas
Ø
Chapotear
en el agua.
Ø
Nadar
en el río
Ø
Caballos
al galope.
Ø
Un
concierto de pájaros.
Ø
Sentir
el cálido sol en el cuerpo.
Ø
Estar
alegres, tristes, cansados.
Ø
Tropezar
y caerse.
Ø
El
zumbido de un mosquito y su picadura y caza.
Ø
Cómo
suena el viento.
Ø
Como
transformarnos en hojas muertas llevadas por él
Ø
Repasamos
la formación de un aguacero.
Ø
Los
truenos de una tormenta.
Ø
Subir
o bajar de los árboles.
Ø
Cañas
o carrizos movidos por el viento.
Ø
El
zumbido de un enjambre de abejas.
Ø
Los
graznidos de una bandada de cuervos.
Ø
Imitar
el vuelo de los pájaros golpeando rápida y acompasadamente el dorso de la mano
con la palma de la otra…
Ø
Contemplar
extasiados unas bonitas flores.
Ø
Oler
las plantas aromáticas.
Ø
El
huir de unos patos con sus cuac, cuac,
cuac, que salen volando de una laguna.
Ø
Marcar
un acompasado ritmo con los pies y las palmas
·
Dividimos la clase en tres o cuatro grupos. A cada uno
se le da el texto de una pequeña dramatización y un tiempo para que la
preparen. Dentro del grupo, una parte se dedica a la representación, pudiendo
usar solamente el lenguaje del cuerpo e interjecciones y otra a la producción
de sonidos: onomatopeyas, y percusión,
para lo que dispondrán de algunos instrumentos musicales como: panderos,
chinchines, crótalos, cajas chinas, timbales, flautas, pitos de caña etc.
Se elije un narrador o narradora
que vaya leyendo lentamente el texto con grandes pausas coincidentes con los
puntos suspensivos, que permitan su dramatización. También puede dividirse la
clase en cuatro grupos. Se representa una dramatización por cada dos equipos.
Uno hace los efectos especiales y el otro representa la obra y viceversa.
Transcurrido un tiempo, cada grupo
representa su obra.
DRAMATIZACIÓN 1ª
Ø
Salimos
al valle, cerrando con fuerza la puerta
de la cabaña… Corrimos, para ver quien
era el primero que llegaba al remanso del río… Nos quitamos la ropa… y
empezamos a nadar… Chapoteábamos en la orilla…
y nos sumergíamos, buscando en el fondo pequeñas piedras de colores…
En la alameda, junto al río, multitud de
pajarillos, nos daba un concierto con sus melodiosos trinos… y llegaban a
nuestros oídos los sonidos de lejanos tambores…
Nos sacudimos el agua del cuerpo… y nos tumbamos
al sol para secarnos… ¡Qué delicia, sentir sus rayos en todo el cuerpo!..
Estábamos alegres de poder disfrutar de una tarde
tan maravillosa…
De la aldea llegaban los sonidos de lejanas
campanas…
Nos pusimos la ropa… y nos dirigimos lentamente
al poblado, mientras silbábamos acompasadamente una pequeña melodía, siguiendo
el ritmo de los tambores e instrumentos de percusión…
Cuando llegamos, unos perros nos saludaron con
sus ladridos…
DRAMATIZACIÓN
2ª
Ø
Habíamos
salido aquella tarde de la aldea, silbando una bonita melodía, acompañada con
nuestros instrumentos de percusión… para dirigirnos al bosque encantado de los
gigantescos árboles centenarios…
Por el camino nos sorprendió un viento huracanado
que ululaba y soplaba con fuerza, frenando nuestro avance… y zarandeándonos de
un lado para otro como si fuéramos hojas muertas….
En el cañaveral, las cañas se balanceaban de tal
forma que parecía que fueran a partirse. Nos pusimos a imitarlas…
Negros nubarrones aparecieron en el horizonte
presagiando una tormenta. En la
distancia se oían ya los primeros truenos…
En breves segundos empezamos a sentir las
primeras gotas de agua golpeando nuestras caras… (el grupo percusionista imita la lluvia con los dedos)
para ir arreciando más y más transformándose en un fuerte aguacero…
Corrimos con todas nuestras fuerzas para
refugiarnos en una pequeña cueva… pero al ir a entrar, una loba y su manada nos
dieron un buen susto con sus aullidos y afilados colmillos…
Volvimos a correr despavoridos…
Por fin la lluvia iba amainando, hasta
convertirse en pequeñas gotitas de agua…
Sacudiendo nuestras empapadas ropas…, volvimos al
sendero en el momento en que una manada
de jabalíes, como caballos desbocados se nos echaba encima…
Corrimos una vez más… para trepar a los primeros árboles junto al
camino…
¡Vaya tardecita! ¡Y pensar que íbamos al bosque
en busca de aventuras!
La manada se alejaba… y pudimos bajar de los
árboles…
para dirigirnos a la aldea… Los últimos truenos
de la tormenta, apenas se percibían en
la distancia…
Se oía cada vez con más fuerza el repiqueteo de las
cercanas campanas…
Al llegar a nuestra cabaña, tristes por aquella serie de contratiempos,
nos desplomamos, cansados, sobre las alfombras del suelo…
Pero pronto nos animamos y al son de los
instrumentos hicimos un corro y empezamos a danzar…
Ø
Aquella
preciosa tarde de primavera nuestro grupo decidió salir a la pradera para hacer
lo que más nos gustaba: dibujar.
Partimos con ilusión, haciendo percusión con
nuestros pies y tocando pitos de caña e
instrumentos de percusión… Unos pájaros cantores se unieron a nuestra
improvisada orquesta… Nos pusimos a imitarlos…
Hacía una tarde esplendida con un sol radiante
que nos hizo sudar, una vez que aligeramos el paso…
Nos sorprendió ver tantas flores con sus vistosos
colores y
multitud de mariposas y abejas volando de flor en
flor…
Imitemos a las abejas y libemos en las flores…
Silencio… dijo alguien del grupo: oíd el zumbido
de las abejas buscando el néctar en las flores de este manzano…
Nos sentamos bajo aquel árbol florido y en
completo silencio, disfrutamos del bonito espectáculo… Entonces empezamos a dibujar:
árboles, flores, insectos que mágicamente aparecían ante nosotros…
Iniciamos la marcha y por el camino cogimos
plantas aromáticas ¿Qué bien huelen!...
De la laguna cercana nos llegaban los cuac, cuac,
de los numerosos patos silvestres…
Una bandada de negros cuervos con sus graves
graznidos surcó el cielo azul…
Y una manada de caballos al galope, se acercaban, tocando el
tambor del llano.
Me gustaría ser un caballo dijo alguien y todos
se pusieron a trotar…
¿Y si nos damos un baño, sugirió una chica? Corrimos
hacia la laguna... Uno de los chicos
tropezó en una piedra y cayó al suelo…
Apenas un rasguño… Sigamos…
Entramos en tropel en las aún frescas aguas….,
espantando con nuestros chapoteos a la bandada de patos, que asustados levantaron
el vuelo… cuac, cua, cuac…Boquiabiertos, los contemplamos embelesados… Algunos
mosquitos de aquella charca, zumbaban a nuestro alrededor, como pequeños
helicópteros dispuestos al combate…. Una chica del grupo sintió en su mejilla,
la picadura de uno aquellos pequeños vampiros… Pero lo eliminó de un buen
manotazo…
Tras un reconfortante baño, echándonos agua con las manos…, nadando
con fuerza hasta el centro de la laguna… regresamos a la aldea, alegres,
haciendo percusión con nuestros pies y tocando nuestros pitos de caña al son de
los tambores e instrumentos de percusión…
Al abrir la puerta y entrar a nuestra cabaña,
cogidos de la mano y al son de las flautas y demás instrumentos, improvisamos
una bonita danza tradicional…
·
Por equipos inventan cuentos parecidos y los
representan.
·
Dramatización de cuentos clásicos: Caperucita,
Blancanieves, La Bella Durmiente...
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